Tras tres salidas seguidas la semana se
presentaba prometedora y tras dedicar el martes a mis obligaciones paterno
filiales, gustosamente todo se tiene que decir, se presentaba un miércoles con
una jugosa ruta en mente, pero a última hora del martes dejo de estar entre
nosotros y he tenido que dedicar mi tiempo libre a otros menesteres, y es que
hasta que no falta, no sabes lo que lo necesitas, siempre esta hay impasible,
más o menos silencioso, dispuesto a ofrecerte una cerveza fresquita, un
suculento trozo de carne o cualquier otro alimento, blanco, inox o panelado, el frigorífico
es hoy en día algo indispensable en nuestra forma de vida y el muy crabrón se rompió,
a si que ayer tras solucionar dicho problema dispuse de un rato para rodar, no
mucho, pero lo suficiente para, cómo no rodar un poco y subir al Coll de la Mola
y bajar. Subida a ritmo exigente abusando de desarrollo, iba clavado y mis
piernas se quejaban, pero es lo que tocaba. Con Eolo soplando con gélido
aliento el descenso fue frio que no lento.
Hoy iba a salir pero ayer se estropeó el
motor de la puerta del garaje y me está esperando, desmontado, a que lo monte y
lo haga funcionar, en fin una tras otra y yo sin poder rodar. Ya cambiaran las
tornas algún día.
Rodando un poco antes de subir....
Preparándome para el descenso....
Día frio el de ayer por culpa del
viento...
He aquí el culpable de mi parón
dominguero...
Salut!!!!